Es evidente que disfrutar de una alberca es un lujo en tiempos de calor, más aún si es una de uso privado. Ni que decir que los que más partido le sacan a estas instalaciones son los más pequeños de la casa. Pero, cuidado, los niños son muy exigentes y puede llegar un momento que se acostumbren tanto a tener a su disposición una alberca que se aburran.
Si a esto le unimos la exigencia de que los adultos mantengamos un nivel constante de vigilancia, para evitar peligros y accidentes, llegamos a la conclusión de que es muy positivo disponer de una serie de juegos que podamos practicar en nuestra alberca con los peques. Con la ventaja añadida de que contribuimos a que estén en buenas condiciones físicas, haciendo ejercicios adecuados.
Juegos que se pueden practicar antes de bañarse o durante los baños.
En el primer caso, podemos ayudarnos de una pelota para idear divertidas carreras en las que, por ejemplo, no se puede tocar ni con las manos, ni con los pies, solo con la nariz. Con un par de balones puede hacer dos equipos y que compitan entre ellos.
Dentro del agua todo un clásico es el juego de pasar por debajo de las piernas abiertas del adulto. Si hay más personas, se pueden ir complicando haciendo un túnel cada vez más largo. O, para los niños más activos, suele funcionar muy bien otro tipo de carreras en las que lanzas un objeto al agua y gana el primero que llega a recogerlo.
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